Araceli Reverte
La figura femenina es la protagonista de la exposición de Araceli Reverte. En ella, la artista vuelve a dar una lección de buen hacer, de oficio y de gusto. Todo al servicio de una exquisita sensibilidad, que se concreta en cada una de las decenas de piezas que integran la muestra.
Tintas y témperas constituyen la base técnica de unas obras que funcionan, hablan y significan tanto de forma individual como colectiva. Medea, Salomé, bacantes o majas habitan los espacios limpios en los que Araceli Reverte sitúa su danza de formas, una hermosa coreografía donde resuenan constantemente ecos de los clásicos.
Es un privilegio para LaLuz inaugurar el año con esta brillante exposición, donde la intimidad y la mesura crean una cautivadora atmósfera. Un delicado y oportuno homenaje al cuerpo de la mujer, con el que se demuestra que la sutileza es mucho más efectiva que la astracanada.